El silencio reina en el lugar, nuestros sacrílegos pasos rompen la tranquilidad del sitio; mientras mujeres en actitudes de desmayo inmortalizadas a través de la escultura son mudos testigos de la admiración que en mí despiertan, tomo fotos una y otra vez desde diferentes ángulos, tratando de encontrar nuevas perspectiva de estas esculturas nacidas bajo la hábiles manos de Alberto García Nava.